La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado, que no permite que funcione correctamente. Puede ser aguda, por efecto secundario, gracias al contacto con sustancias químicas tóxicas o infecciosa. 

Existen distintas cepas del virus que causa la hepatitis y son: A, B, C, D y E, cada una con distintos síntomas, tratamientos y métodos de prevención. 

El pasado 1 de octubre de 2022, fue el Día Internacional de la Hepatitis C que se celebra desde el 2011, “ya que en el mundo hay más de 170 millones de personas que la padecen”; así lo mencionó en un artículo díainternacionalde.com. 

La Hepatitis C se contagia por medio de la sangre, su periodo de incubación puede variar entre dos semanas y seis meses y las secuelas pueden ser de por vida. 

Algunos de los síntomas que pueden aparecer en ese periodo son: fiebre, náuseas, inapetencia, dolor en el hígado, vómitos, entre otros. 

Lina Miranda, infectóloga que reside en Brasil, considera que la concientización sobre esta enfermedad es muy importante, ya que es prevalente en la sociedad, aunque no se hable tanto de ella y a pesar de que la ciencia ha avanzado muchísimo para tratarla, las personas no se hacen los exámenes para detectarla. 

Existen formas de prevenir la Hepatitis C, usando preservativos en las relaciones sexuales, ir a lugares seguros y confiables al hacerse un tatuaje, asegurarse de que en las clínicas estéticas no reutilicen las agujas, es recomendable también usar un kit personal para arreglarse las uñas. 

Esta enfermedad se puede evitar en niños también. Al estar en embarazo es importante realizar los controles prenatales establecidos por el médico. Los niños comúnmente se infectan de la mamá vía placentaria y a la hora del parto, cuando no se realizan los exámenes. 

La población con más riesgo de contraer esta enfermedad son los consumidores de drogas inyectables y una forma de fácil transmisión es a través de las manicuristas, que no usan guantes, ni esterilizan sus herramientas de trabajo correctamente. 

Actualmente, gracias a la tecnología, el diagnóstico se puede hacer de forma rápida y segura, al igual que el tratamiento. Como no se tiene la conciencia suficiente sobre esta enfermedad, es fácil transmitirla a otras personas o terminar en cirrosis, cáncer hepático u otras hepatopatías.